Los alumnos logran desarrollar sus capacidades artísticas mediante nuestro singular método de dibujo, el cual les permite aprender a reproducir con exactitud cualquier forma en muy pocas sesiones. Esta nueva capacidad será la base para una posterior evolución técnica, intelectual y cultural, mediante la que podrán reflejar su propia individualidad en el trabajo artístico.
Las clases funcionan a partir de una relación abierta, pero con rigor y compromiso, en la que escuchamos las dudas e inquietudes de cada alumno, y entablamos un vínculo cercano que contribuye a que el alumno pierda el miedo y adquiera el control de sus capacidades para el dibujo y la pintura.
El aprendizaje artístico contribuye también al desarrollo personal del alumno, empujándolo a redescubrir el mundo bajo una mirada diferente. Un sentir nuevo que lo acompañará en su día a día, aportándole mayor placer y serenidad en sus viajes, visitas a museos o en la simple lectura de un buen libro.
"Es algo que hay que experimentar por uno mismo. Durante las clases de dibujo y pintura desconecto del mundo exterior. En mi cabeza solo hay espacio para colores, formas, trazos y pinceladas. Francisca sabe sacar lo mejor de cada alumno, por eso cuando salgo de esa abstracción y miro en su totalidad la obra que estoy haciendo, me voy aún más relajada y contenta."
Sandra Lázaro, publicista. Zaragoza